A lo largo de sus casi cuatro décadas de historia como anfitrión de una ronda del campeonato mundial, el seco y polvoriento Hungaroring ha sido el escenario de muchas primicias históricas en la Fórmula 1.
En 2023, el Gran Premio de Hungría vio nuevamente algo que nunca antes había sucedido en más de 70 años de Fórmula 1. Se rompió uno de los récords más duraderos de todos los tiempos del deporte, y de manera enfática.
Por una vez, Max Verstappen había sido expulsado del primer puesto nada menos que por su rival más feroz, Lewis Hamilton. Todos los ojos estarían fijos en el dúo, los recuerdos de su pelea por el título. Detrás de ambos se sentaron dos jóvenes y hambrientos pilotos de McLaren, Lando Norris y Oscar Piastri, cada uno ansioso por convertirse en el centro de atención y robarle el liderazgo a los campeones en la curva uno.
El efecto del “lado sucio” de la parrilla ha sido agudo durante mucho tiempo en Hungaroring y muchos esperaban que Hamilton mantuviera la ventaja al comienzo desde el lado izquierdo. Pero cuando se apagaron las luces, Verstappen desafió esas predicciones. El Red Bull tuvo un lanzamiento tan bueno como el Mercedes, pero empató en la segunda fase. Cuando Hamilton se movió para defender, el espacio a su interior ya estaba ocupado.
Verstappen tenía una mano en el liderato de la carrera antes de pisar los frenos en la primera curva y, a pesar de los mejores esfuerzos de Hamilton por mantenerse en el exterior, el Red Bull había completado el trabajo cuando llegó a la cima.
Lo demás es historia, nadie volvió a alcanzar a Verstappen y de forma cómoda termino la carrera en primer lugar, dando paso a un nuevo récord de ganar 7 carrera seguidas de forma seguida. A falta de la mitad de carreras Verstappen va lograr un nuevo récord, veremos cuantas carreras logra ganar de forma consecutiva.
Red Bull Racing llegó hoy a las 12 victorias consecutivas, estableciendo un nuevo récord, superando la marca del equipo McLaren de 1988 de 11 triunfos seguidos
Sin embargo fue durante el festejo que Lando Norris con su traducional forma de “explotar” el liquido para festejar, lo hizo cerca del trofeo de Max, el cuál había dejado en el piso y para mala fortuna por el fuerte golpe se cayó y rompió.
Max Verstappen tuvo que irse con su trofeo en pedazos.